Mi nombre es Silvana y soy Psicomotricista. Pertenezco al equipo de profesionales del C.E.T.  “El Faro” desde el año 2008, y esta es mi historia…

Cuando decidí estudiar esta carrera toda mi familia, amigos y conocidos me cuestionaban: “¿eso vas a estudiar?”, “¿por qué estudias eso?”, “tenés que tener mucho valor”, “tenes que tener un corazón de piedra”, “hay que tener un Don para eso”, etc, etc, etc.

La verdad que yo no creo que se necesite de tanto valor o el poseer un don. Elegí esta profesión al comienzo por la simple razón de querer ayudar, pero con el correr del tiempo ya no era solo por una razón, sino por una necesidad, una ilusión de inclusión, un camino, “mi camino”, “mi vocación”.

Mi recorrido por la discapacidad comienza en mis años de adolescencia, en el secundario. En el último año de la secundaria de mi cuidad (Ramírez, Entre Ríos), debíamos realizar una pasantía por un mes en una institución, empresa, hospital, etc.; yo preferí ir a la Escuela Especial nro 5 Alborada porque en ese entonces quería saber quienes iban, que hacían, como aprendían, quienes les enseñaban. Allí mi supervisora era Psicopedagoga, pero ejercía como Psicomotricista, por lo que pude observar y aprender de esta labor, y me gustó.

Así es que empecé a averiguar donde se estudiaba y de que se trataba. Y aquí me ven…Cordobesa por elección. Y desde entonces mi esfuerzo por brindar al niño/adolescente y su familia herramientas y estrategias que ayuden a cambiar la mirada de la discapacidad, que ayuden a mejorar su vida, que los ayuden a comunicarse, a entenderse y valorarse.